La pandemia ha reducido las giras de músicos, pero los británicos lo tienen un poco más difícil todavía. La música en directo implica que técnicos, artistas, iluminadores, ingenieros, que hacen posible un concierto, viajen con sus instrumetnos y equipos. Esta particularidad de su trabajo no se tuvo en cuenta al negociar el Brexit. Las giras en Europa suponen una buena parte de los ingresos del sector. El 78% de los músicos británicos actúa como mínimo una vez en Europa.
Ahora necesitan permiso de trabajo, pagar por los instrumentos que deben pasar aduanas, registrarse para devolver el IVA en cada país si quieren vender recuerdos como camisetas y pensar en cómo transportarlo todo, porque los camiones solo pueden hacer dos paradas antes de volver a Reino Unido, algo incompatible con una gira. Ahora piden una excepción para que el Brexit no sea un impedimento a la hora de recuperar la actividad tras la pandemia.