Quedan cinco meses para las elecciones en Nicaragua y cuatro aspirantes a la presidencia han sido detenidos y encarcelados. Otros denuncian el acoso al que les somete la policía. Parte de la comunidad internacional ha condenado esta ola de arrestos. Estados Unidos denuncia que es un claro intento del mandatario Daniel Ortega de frustrar unos comicios limpios para seguir en el poder.
En las últimas horas pasaban a manos de la fiscalía Juan Sebastián Chamorro y Felix Madariaga, acusados, dice la Policía, "de realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación" e "incitar a la injerencia extranjera". Detenciones que mantienen el ritmo policial contra la oposición por parte del gobierno de Daniel Ortega, tras arrestar en los últimos días a Arturo Cruz y Cristiana Chamorro por presuntas irregularidades en la gestión de la fundación creada por su madre, la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, y a pocos meses de las elecciones presidenciales previstas para el mes de noviembre para las que han sido ya vetadas varias formaciones políticas.
La oposición denuncia que desde las masivas protestas de 2018 en contra el gobierno, la presión del oficialismo se ha incrementado más que nunca. Miembro clave de la revolución sandinista que derrocó a Anastasio Somoza, Ortega ocupa la presidencia desde hace 14 años en los que ha gobernado con mano de hierro y elevado a su mujer, Rosario Murillo, a la vicepresidencia y como más que probable sucesora a corto plazo. Ejerció su primer mandato entre 1985 y 1990, cuando fue derrotado en las urnas por Violeta Barrios.