A pesar de todos los problemas de Benjamin Netanyahu con la justicia esta última operación militar en Gaza le permite, de momento, sobrevivir políticamente. Ha coincidido con los 28 días que tiene el líder de la oposición, Yair Lapid, para formar una coalición de gobierno tras el fracaso inicial de Netanyahu y éste ha ganado tiempo.
Antes de la escalada estaba a punto de perder el poder con un acuerdo prácticamente cerrado entre Lapid y el ultraderechista Naftali Bennett. Pero éste último a raíz de los acontecimientos en Jerusalén y de los disturbios en ciudades israelíes con población palestina lo ha dejado en el aire por presiones, ya que ese ejecutivo necesitaría del apoyo de la formación islamista Lista Árabe Unida. El plazo para Lapid termina el 2 de junio y no se puede descartar el escenario de unas quintas elecciones, tras cuatro en dos años. Netanyahu, procesado por cargos de corrupción, podría concurrir reforzado por su respuesta al lanzamiento de cohetes desde Gaza.