Más de 620.000 hogares de nuestro país son especialmente vulnerables y necesitan ayuda para pagar la factura de la luz, hasta el punto de que tienen que elegir entre eso y comer. La cifra es una de tantas que se han disparado durante la pandemia. Nuestro compañero David Vidueiro ha estado con alguna de esas familias.
Juani tiene 49 años, está en paro y víctima de violencia de género. Tiene apuntado todo lo que debe: más de 260 euros solo en facturas de gas. Acordó con la compañía que los devolvería poco a poco pero el mes pasado se quedó sin ayudas. También debe otros 65 euros de luz. Juani cuenta con el bono social que garantiza cuatro meses de protección, pero la compañía ya le ha dicho por teléfono que le cortará la luz en diez días. La pandemia dejó sin trabajo a Arantxa y su marido. Les denegaron el ingreso mínimo vital. Ella lo resume así: "O comer, o facturas". Arantxa tiene apnea del sueño y tiene que dormir siempre con un aparato conectado. "A lo mejor no muero de COVID pero voy a morir de pobreza", se lamenta Arantxa.