La actual Ley Contra la Violencia de Género ha cumplido 15 años y en su día marcó un antes y un después. Aun así, todavía quedan aspectos por mejorar como la formación de los jueces y la escasez de equipos de evaluación integrales, algo que se lleva reclamando durante esta década y media. También la formación de letrados, policías o forenses.
El Ministerio del Interior está tomando medidas y desde octubre reevalúa todos los casos activos para detectar posibles fallos de diagnóstico. Otro de los puntos más cuestionados de la actual ley es que las confesiones atenúen las penas. El Consejo General del Poder Judicial reconoció en el año 2011 que confesar no es síntoma de arrepentimiento.
La retirada de la patria potestad a los maltratadores es otro punto en revisión. El CGPJ solicitó hace 8 años un cambio en el Código Penal para que retirar la custodia al agresor fuera algo obligatorio en todos los casos y no quedase en manos, como se hace actualmente, de cada juez.