En Alemania la formación más importante de ultraderecha es objetivo de los servicios interiores de espionaje. Desde hace cuatro años Alternativa para Alemania es el principal partido de la oposición y sus ramas a nivel regional ya habían estado bajo sospecha. Ahora sus presuntas vulneraciones democráticas se vigilan a nivel nacional. La decisión estaba tomada desde hace meses pero la ultraderecha lo había frenado a base de demandas.
Han conseguido que diputados y candidatos queden fuera. El Estado va a intervenir las comunicaciones de todo el partido y puede reclutar también informantes para evitar que atenten contra el orden constitucional, con declaraciones como las de uno de sus portavoces que abogaba por dejar entrar a todos los refugiados, añadiendo: "Siempre podemos dispararles o gasearles después". Por cosas así el partido ya estaba bajo vigilancia en varios estados del este, donde son más fuertes.
La facción más radical estaba intervenida desde hace dos años, el paso previo a la ilegalización. De hecho, los moderados del partido habían pedido a sus dirigentes que la disolvieran, en vano. Ahora están todos en el mismo saco: más de 30.000 militantes quedan clasificados como radicales de extrema derecha. Informa Gabriel Herrero.