Laura Alonso, corresponsal en Oriente Próximo de RNE, cuenta desde Siria que lo primero que se observa en Damasco es la presencia de milicianos armados
Damasco trata de recuperar una suerte de normalidad desconocida en unos días que han transcurrido entre tiros al aire y descubrimiento de horrores en cárceles públicas o secretas del régimen. Lo último, y como estaba previsto, es el nombramiento de Bashar Al Bashir como primer ministro interino. Laura Alonso, corresponsal en Oriente Próximo de RNE, cuenta desde Siria que lo primero que se observa en Damasco es la importantísima presencia de milicianos armados en las calles, los coches camuflados con barro de los rebeldes y las matrículas de muchos vehículos con la bandera de Siria, tapando la del régimen.
Hoy están empezando a reabrir los negocios y el dueño de una tienda de ropa en el zoco de la ciudad lo cataloga como "un día normal", aunque admite que "ha sufrido mucho durante estos años de gobierno de Al Assad y que tiene enormes esperanzas en que las cosas mejoren". La otra cara de la situación es la que ha dejado la madrugada: ha sido una noche de intensísimos bombardeos sobre Damasco por parte del ejército de Israel, que ha atacado instalaciones militares, desde bases hasta centros de investigación, y ha inutilizado el aeropuerto militar.