El miedo al contagio ha hecho que las solicitudes para votar por correo en las elecciones catalanas del 14F hayan crecido un 300% con respecto a los comicios de 2017. Los ciudadanos han tenido que esperar largas colas, algunos creen que el plazo era corto, y los trabajadores de Correos dicen sentirse desbordados ante el aluvión de solicitudes.
Paralelamente, también se han disparado las alegaciones para no formar parte de una mesa electoral. Unas 21.000 personas, una de cada cuatro a las que les ha tocado, ya han pedido no acudir. La Junta Electoral de Barcelona ha recomendado cubrir las vacantes, si es necesario, con suplentes de todo el municipio. El objetivo es evitar que las personas con más riesgo, a los que la Generalitat ha recomendado acudir a votar temprano, tengan que formar parte de las mesas.