El gobierno español está estudiando la posibilidad de que Ceuta y Melilla ingresen en el espacio de libre circulación europeo. Ahora mismo tienen una régimen especial que permite que los ciudadanos marroquíes puedan entrar fácilmente para trabajar o hacer compras. Si finalmente ambas ciudades no se incorporan a Schengen se les exigirá un visado para cruzar la frontera terrestre y eso tendría consecuencias.
De momento miles de marroquíes, más de 8.000 que cruzaban a diario a las dos ciudades autónomas: empleadas domésticas, albañiles, camareros... sin necesidad de visado, desde marzo de 2020 cuando Marruecos cerró por la pandemia se han quedado sin trabajo. A eso se suma las porteadoras del denominado comercio atípico, que transportaban toneladas de productos sin necesidad de permiso, comercio que Marruecos califica de contrabando. Al otro lado de la frontera ha quedado mucha gente sin ningún tipo de ingresos. Las dificultades para el intercambio de productos con el país vecino repercute de lleno en la parte española.
El comercio con Marruecos era uno de sus principales motores económicos, unos 700 millones solo en el caso de Ceuta. Por eso piden un estudio exaustivo de cómo repercutirá una inclusión en la unión aduanera europea, porque la ciudad está ya asfixiada. Hay otra pata más, la sanitaria. En Ceuta se atendieron en urgencias a unos 15.000 marroquíes. El 15% del total. Muchos de ellos eran mujeres que llegan a dar a luz en suelo español.