El miedo a la nueva variante de la COVID-19 ha congelado durante dos días las conexiones con el exterior. Miles de camiones permanecen atrapados al otro lado del Canal de La Mancha. Se han vividoalgunos momentos de tensión y, tras que los conductores se hayan sometido a un test, los primeros camiones han empezado a cruzar la frontera. Pero la inmensa mayoría de transportistas deberán esperar algunos días antes de viajar al continente, ya que es necesario un test deantígeno o una PCR negativa obtenida en las 72h previas. El Gobierno británico trabaja con la ayuda del Ejército para realizar los tests lo antes posible pero el responsable de Transportes advierte que tardarán "entre dos y tres días", ya que se trata de una operación logística complicada. Lo que implica que los transportistas atrapados en el Reino Unido desde el pasado domingo no llegarán a tiempo a sus casas para pasar la Navidad. A medida que pasan las horas los camioneros empiezan a perder la paciencia: han hecho sonar las bocinas en señal de protesta y grupos de transportistas han intentado romper un cordón policial en la entrada del Eurotunel. La patronal del sector calcula que entre 8.000 y 10.000 camiones esperan en la inmediaciones de Dover y otros puntos del país para cruzar a Francia. Informa Juan Tato.
Hablamos con Mariano Buitrago, uno de los miles de transportistas que esperan a que se les realice una PCR. Buitragro, que se encuentra aparcado en un área de servicio, dice que la situación se vive con impotencia. "Estamos bastante indignados, con muy poca paciencia. Hemos perdido la oportunidad de cenar con nuestras familias, de las pocas oportunidades que tenemos de cenar en casa", cuenta Mariano. En el área de servicio en la que él se encuentra, dice que no ha habido información oficial de ninguna clase, únicamente por parte de su empresa: "Nos han dicho que no nos movamos, que pasarán a hacernos los tests y una vez que los tengamos nos dirán la forma de embarcar o de pasar a Francia. No tenemos más información", explica. Sobre el abastecimiento y alojamiento, Mariano nos cuenta que se están alimentado de la comida que llevaban encima y que en el área hay poco aprovisionamiento: "Llevo tres días intentando comprar pan. Esta mañana me he levantado a las seis y me ha dicho el tío que ya había vendido todo el pan".