Venecia ha probado un dique para evitar las inundaciones, que en ocasiones han llegado hasta los dos metros. Es la primera vez que las 78 compuertas de acero de 20x30 metros cada una, y sumergidas en el fondo, han salido a flote para convertirse en las puertas al mar que pretenden ser cuando el agua alta amenace Venecia.
El ensayo del llamado Moisés, por aquello de separar las aguas, ha salido bien. La orden la ha dado el primer ministro Giuseppe Conte. Es una obra de ingeniería que ha llevado 32 años de proyecto, 17 desde que se puso la primera piedra, y ha costado casi 6.000 millones de euros con casos de corrupción de por medio.
Hay quienes lo consideran demasiado costoso. Estará terminado en diciembre del próximo año pero en caso de urgencia se podría activar este otoño