Hoy hemos conocido una macroencuesta sobre violencia contra la mujer. El dato que arroja es alarmante: más de la mitad de las encuestadas confiesa haber sido víctima de algún tipo de agresión o acoso a lo largo de su vida.
Las jóvenes son quienes más la sufren. Otra conclusión preocupante: el silencio y el ocultamiento sigue profundamente arraigado. Por vergüenza, por ser menor cuando sucedió la agresión o por miedo a no ser creída. Son violencias silenciadas y estructurales, según ha explicado la ministra de Igualdad Irene Montero.
Esta normalización de las agresiones tiene cifra: de las mujeres que sufrieron violencia sexual y lo contaron, solo a 3 de cada 10 su entorno le aconsejó denunciar al agresor que casi siempre es un conocido o familiar. Las mujeres jóvenes son las más afectadas. De entre las mayores de 16 años más de un 20% ha sufrido violencia física en su vida y un 13% de tipo sexual.