El ministro de Exteriores británico ha dejado claro que no va a pedir perdón ni por la decisión ni por haberla tomado sin previo aviso a última hora del sábado, cuando muchos en el Reino Unido habían salido hacia España o se preparaban para volar en su primer fin de semana de vacaciones. "Entiendo que es molesto para los que pensaban viajar a España o se encontraban allí, pero tenemos que tomar decisiones rápidas para proteger al Reino Unido". La oposición laborista no critica la medida pero sí la forma de comunicarla por el caos, dicen, que ha generado. Mucho peor han recibido la noticia las aerolineas y los tour operadores británicos y también las agencias de viajes, el portavoz de su asociación, en declaraciones a nuestro corresponsal Jordi Barcia, decía "esperamos que el Gobierno reconsidere su decisión lo antes posible, en particular con la idea quizá de permitir que diversas personas procedentes de zonas con tasas de infección más bajas como las Canarias y las Baleares no tengan que someterse a cuarentena".