La ciudad de Minneapolis es un polvorín desde la muerte el pasado lunes de George Floyd, un negro de 46 años que perdio la vida asfixiado bajo la rodilla del policía blanco Derek Chauvin. Ahora las protestas se ha extendido por todo Estados Unidos y también al exterior como en Berlín o Londres porque la brutalidad policial y la injusticia social vuelven a ponerse de relieve. Es la quinta noche de enfrentamientos y se volverán a repetir porque los manifestantes cuyo grito es "no puedo respirar", como dijo Floyd antes de morir, no piensan respetar los toques de queda. Ha habido centenares de detenidos, otro muerto y varios heridos y el presidente Donald Trump enciende los ánimos. Fran Sevilla es nuestro enviado especial en Minneapolis. 31/05/20