En Hungría, se celebran hoy las elecciones legislativas más reñidas desde 2010, en las que primer ministro Viktor Orbán busca un cuarto mandato consecutivo. Orbán no se había enfrentado antes a unos sondeos tan ajustados, aunque los primeros sondeos a pie de urna le dan una ventaja. El Instituto Demoscópico Median da 122 escaños al Fidesz, frente a los 77 de la coalición opositora "Unidos por Hungría", bloque liderada por Peter Marki-Zay.
Han sido unas elecciones observadas internacionalmente, ya que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha enviado a unos 200 observadores para vigilar posibles irregularidades. La guerra de Ucrania juega un importante papel en estas elecciones, ya que Orbán, muy cercano a Putin, no ha condenado la invasión rusa de forma explícita y no ha enviado armas a Kiev, aunque asegura que es para mantener al país al margen.
Además, este domingo también se ha celebrado un referéndum para decidir si se pueden exponer en escuelas contenidos sobre orientación sexual o cambio de sexo. Los detractores de Orbán creen que esta votación popular le sirve como "cortina de humo": "Quiere que discutamos estos temas en vez de la corrupción, educación o los demás problemas del país".
InformaBeatriz Domínguez, enviada especial a Budapest