Los refugiados que han huído de Ucrania pueden llegar ya al millón y medio. Polonia sigue siendo la puerta principal de refugio. Especialmente para mujeres y niños que se enfrentan ahora a un futuro incierto. Es la historia de Aden y su familia, que llevan dos días en un centro donde se ofrece alojamiento y traslado para refugiados. Aden huyó de su ciudad en un tren atestado y con la ayuda de la iglesia ucraniana, pudo refugiarse en un templo cedido donde muchos refugiados pueden dormir. "Nos dijeron que nos quedáramos en casa, que no abriéramos a nadie porque las tropas rusas asaltaban porque no tienen comida, actúan como criminales”, cuenta Aden. Reconoce que viven días "penosos", algo que nota que le pasa factura especialmente a su hijo menor de 3 años. "Está muy asustado, habla de disparos, duerme mal y no puede ir al baño". Él desea regresar a Ucrania, donde pensaba mudarse a una casa nueva que compró antes de la guerra y que ahora ha quedado completamente destruida por los bombardeos. Ahora viajan camino de Alemania.
Informa Isabel Jiménez, enviada especial