La ola de calor deja a miles de personas sin hogar a merced de las altas temperaturas. Según la Estrategia Nacional Integral para Personas Sin Hogar, más de 30.000 personas en España no pueden refugiarse. Es el caso de Florin, un hombre de 39 años que lleva 16 viviendo en la calle. Su historia comienza cuando llegó a España engañado por una mafia de su país, Rumanía, que la Guardia Civil desmanteló ocho más tarde. Su única opción fue la calle:"Consumo mucho agua cada día. Casi cuatro o cinco botellas de agua me compra la gente, son voluntarios que me ayudan". La Asociación Realidades trata de ofrecerles cobijo en centros de día, donde llegan en condiciones pésimas: "Fatigas, dolores musculares, dolores de cabeza, mareos, deshidratación. Aquí estamos con agua constantemente, porque vienen deshidratados", cuenta Borja Cares, integrador social en Usera.
Informa María Lladró