«En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas». La anterior es una de las frases que se atribuyen a Napoleón Bonaparte, fallecido un cinco de mayo de hace doscientos años. Su figura es muy importante en la historia y en la configuración de Europa, pero al mismo tiempo es extremadamente controvertida. Se le considera al mismo tiempo uno de los mayores genios militares de la historia, un reformista liberal y un dictador tirano y genocida. Francia se ha aproximado a esta fecha de forma cauta y, de hecho, hay cierta polémica por la presencia del líder del Ejecutivo galo, Emmanuel Macron, en los actos de homenaje.
Benoît Pellistrandi, historiador e hispanista francés, nos ha explicado más detalles sobre la figura del otrora emperador, al que se refiere como un "tirano" que, sin embargo, "moderniza la sociedad": "La admiración y el odio que despierta se debe a que es la primera manifestación de la contemporaneidad: la Revolución fue un cambio de paradigma absoluto". Pellistrandi también habló sobre el paso de Napoleón por nuestro país, un "error estratégico" a su juicio porque "se encuentra con la resistencia de un pueblo" y crea, a su modo, una revolución equivalente a la francesa. Asimismo, explica este traslado por el alineamiento de Madrid con Versalles "que se remonta desde la llegada de los Borbones al trono" español.