Un día normal en muchas ciudades consiste en sumar horas de coche para realizar las tareas diarias como llevar a los niños a la escuela, ir al trabajo o comprar el pan. Ya hablaba la urbanista y activista Jane Jacobs sobre el modelo de ciudad contemporánea cercado por autopistas que se estructura en torno al vehículo privado. Susana García Bujalance, doctora arquitecta urbanista, ha expresado a a los micrófonos del 24 horas de RNE que la vida en la ciudad es algo "complejo". Ha explicado que uno de los problemas que tiene el debate sobre la vivienda es "el deseo de simplificar y dar titulares": "El problema de la vivienda no es algo que se pueda abordar ni con un una única decisión ni en una sola legislatura. Hace falta un abordaje amplio", defiende. Añade también que, a pesar de que se hable de las ciudades como motores económico, no podemos pensar que esto siempre ha sido así: "La economía eran las empresas, ahora la ciudad es una empresa en sí misma", insiste.
Añadido al urbanismo de las ciudades, muchas de éstas se convierten en infiernos de hormigón cuando en verano el termómetro supera los 40 grados, como está pasando estas últimas semanas en nuestro país. Las ciudades, en su mayoría, no están correctamente adaptadas a estas altas temperaturas, sobre todo aquellas en las que cuesta encontrar la sombra de los árboles. Sara Pizzinato, portavoz de Greenpeace, sostiene que en la temperatura en las zonas de arbolado puede ser 15 grados inferior: "Nosotros lo llamamos renaturalizar las ciudades, y debe ser más de una moda: debe ser una verdadera transformación humana [...] Es fundamental tener zonas de sombra a través de las cuales poder desplazarse de forma segura para nuestra salud", sentencia.