Escuchamos las voces de mujeres migrantes que no solamente se enfrentan al machismo de forma habitual, sino también se les suman una doble discriminación: una exclusión por cuestión de discapacidad, sexualidad o por origen. Zenib Laari, feministas, deportista de élite y campeona del mundo de Kenpo en defensa personal sobre la discriminación que sufrió con una profesora en el instituto: “Les dijo que una FPB sería más conveniente para mí. De todas formas, como era hija de inmigrantes marroquíes y musulmana, nosotros nos casamos pronto. Pues tampoco tenía mucho sentido que siguiese estudiando”.
Carla Girón estudió Magisterio en Honduras, pero en España ha trabajado durante casi 15 años en el servicio doméstico: “Somos mujeres que tenemos la capacidad de poder reponernos a cualquier circunstancia de la vida”. Mujeres como ella, que por fin se ven reconocidas con la ratificación del Convenio 189 de la OIT que reduce la precariedad laboral de mujeres que durante décadas han sido esenciales, pero precarias.
Informa Minerva Oso