Paul Krugman (Albany, Nueva York, 1953) es economista, uno de los pocos en ganar el Nobel de Economía, y algo todavía menos habitual: es uno de los pocos cuyos artículos, opiniones y libros podemos entender todos. El último de estos, Contra los zombis (Crítica) ataca lo que llama "ideas zombis", aquellas ideas que "se siguen arrastrando y comiéndose los cerebros de la gente". "El debate político se ha vuelto un debate contra estas ideas", indica.
El economista neoyorquino considera que la "idea zombi" más importante en su país es "la idea de que bajar los impuestos a los ricos hará que hagan cosas maravillosas". "No hay pistas de que recortar impuestos a los más pudientes funcione", explica, "pero hay gente muy pudiente dispuesta a pagar a otra gente para que defienda esto".
El Nobel de Economía en 2008 también opinó sobre el auge de la ultraderecha, tanto en Europa como en Estados Unidos, y cree que los Salvini y Le Pen son más capaces que su homólogo americano: "Si Trump fuese una persona un poco más lista, como Viktor Orban, la democracia estadounidense estaría muerta ya".
Asimismo, Krugman reconoció haberse equivocado al definir hace años el euro como "un error". "He subestimado el compromiso político de los países con el euro", señala, "Países como España han aceptado una cantidad de sufrimiento enorme con tal de mantenerse en él. Por ello no abogaría por un Spexit, por una salida de España del euro".