A propósito de Elena Fortún, obra escrita y dirigida por María Folguera y que se representará en el teatro Valle Inclán hasta el ocho de marzo, Luis Zaragoza repasa la obra y la vida de una escritora muy leida, luego muy olvidada y luego muy reivindicada.
Tras el seudónimo de Elena Fortún se escondía María de la Encarnación Aragoneses y de Urquijo, autora reconocida por la serie de Celia, posteriormente adaptada a la pequeña pantalla en los 90 por Carmen Martín Gaite y José Luís Borau y estrenada por Televisión Española, la historia de una niña con una imaginación desbordante, una imaginación fuera de lugar y cuya principal aportación es la presentación de los personajes adultos desde los ojos de los niños, que permitió una crítica social desde la ingenuidad y la ironía.
Adalid de la emancipación femenina, su vida en el exilio en Argentina agudizó sus contradicciones como dejó reflejada en Oculto sendero, donde relata cómo descubre que se siente pintora y no escritora y que no es una mujer homosexual, una novela que pidió que se quemara.