A la larga no es sostenible dedicar más de un tercio de lo que se ingresa al alquiler. Sin embargo es algo que sufren cuatro de cada diez personas que viven en ese régimen. Superar el límite del tercio significa ser vulnerable y estos representan más de la mitad de los inquilinos en País Vasco, Canarias, Madrid y Asturias, según demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística.
La coalición de Gobierno se debate entre control de precios de los alquileres y beneficios fiscales para quienes los bajen. Miramos a Portugal, que optó recientemente por un sistema de incentivos fiscales bastante generosos, pero no ha dado los resultados esperados. En España la parte socialista del Gobierno propone bonificaciones en el IRPF a los propietarios de inmuebles en zonas tensionadas, que irían del 60% hasta el 90% si el alquiler que se cobra está por debajo de un límite que está por definir.
Pero las asociaciones en defensa de la vivienda asequible aseguran que estos beneficios ya existen hoy. En la otra parte, los propietarios prefieren los incentivos fiscales aunque no les toque del todo, porque los que se plantean son para personas físicas y no empresas. El control de precios, establecer un tope que no se pueda superar allá donde los alquileres son muy elevados, también tiene sus efectos. Quienes lo atacan dicen que retira oferta del mercado o que la manda al mercado negro y que los precios pueden subir allá donde no hay regulación. El área de Economía de RNE profundiza en todas las opciones para regular los precios de los alquileres y sus consecuencias en el 24 horas.