Pedro Águeda nos traslada hasta el 6 de octubre de hace 40 años, cuando se estrenó Navajeros de Eloy de la Iglesia. Su protagonista es el Jaro, personaje inspirado en un delincuente juvenil que con su banda de adolescentes tuvo en jaque a la policía de finales de los años 70. Su nombre es José Joaquín Sánchez Frutos y nació en la localidad toledana de Villatobas en 1962. Él y sus hermanos no lo tuvieron fácil. Su padre se ganaba mal la vida en el campo y los niños quedaban al cuidado de una madre alcohólica. Cuando José Joaquín tenía ocho años emigraron a Madrid y vivían en una casa abandonada. Era un chaval bajito, de piel clara, con unas dotes únicas de líder, según reconocía la propia Policía. A los doce años entró por primera vez en un reformatorio, después habría hasta una treintena de entradas y salidas. Hasta cuarenta jóvenes llegaron a integrar su banda, la banda del Jaro, llevando a cabo atracos a tiendas, tirones, robos de coches y hasta alguna sucursal bancaria. En el verano de 1978, con 14 años, asaltaron un chalet en Somosaguas y hubo un enfrentamiento a tiros con la Guardia Civil.