El primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado su dimisión como líder del Partido Conservador británico y, en otoño, abandonará Downing Street. En las últimas horas, decenas de cargos de su ejecutivo habían renunciado para forzar su salida. Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano, explica que se trata de una práctica bastante común en la política británica: "La manera más frecuente de caída de primeros ministros es por dimisión, no tanto porque hayan perdido una moción de censura por la oposición, sino porque el propio grupo parlamentario ha llegado a la conclusión de que son un lastre".
El sistema electoral del país es, según Molina, uno de los alicientes: "Los diputados se eligen por circunscripciones uninominales y, si consideran que su escaño está en peligro por la impopularidad del líder del partido, se mobilizan para intentar evitarlo". Califica a Boris Johnson como "un personaje populista y oportunista" y, aunque reconoce sus capacidades comunicativas, acusa su incapacidad de liderar el país: "Pasará a la historia como uno de los peores primeros ministros"