La madrugada del 17 de septiembre de 1987, a eso de la 1 y media, un 600 se salió de la carretera que une Valladolid con Tordesillas. Fue todavía cerca de la ciudad, así que por allí circulaba un vehículo de la Policía Municipal que se paró a socorrer a los ocupantes. El agente Manuel Prieto, de 35 años, murió a consecuencia de los disparos que recibió con una escopeta del calibre 12. A su compañero, Miguel Mongil, le destrozaron la cara. Un vecino que pasaba por allí con su coche, Jesus Ignacio Ortiz, se detuvo a ayudar y también fue tiroteado y muerto. En ese momento, comenzó la mayor caza a un hombre que se ha vivido en la historia de nuestro país. Había que atrapar a Juan José Garfia.
Pedro Águeda recuerda esta historia en el 24 horas de RNE.