Un tribunal civil de Castellterçol, en la provincia de Barcelona, dictó sentencia el 26 de febrero de 1620 contra Elisabet Cerdana. Su delito: crimen de brujería. Unos días antes, un vecino, peletero, había declarado: “He escuchado decir muchas veces que es bruja, que ha sido preñada algunas veces después de enviudar y ha matado a algunas criaturas para no ser infamada”. Poco más bastó para que ahorcaran a Cerdana. Unas 700 mujeres fueron desterradas, torturadas o ejecutadas bajo la falsa acusación de brujería en Cataluña.
En su repaso por la crónica negra española, Pedro Águeda explica en 24 horas de RNE el monográfico con el mapa de la cacería de falsas brujas en Cataluña que ha publicado la revista Sàpiens, coordinado por los historiadores Agustí Alcobero y Pau Castell.