La llegada de la vacuna de AstraZeneca supone un progreso, pero también ha generado un problema. Su uso recomendado en los menores de 55 años ha obligado a modificar los planes de vacunación previstos. Sanidad ha afirmado que la estrategia no cambia y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha creído más importante que no se quede ninguna vacuna en la nevera, aunque el plan de vacunación no se siga al pie de la letra o ande, como es el caso, por un camino que aún no se ha dibujado.
Algunas comunidades han decidido por sí mismas vacunar a colectivos que hasta ahora no aparecen en los grupos prioritarios. Cataluña ha asegurado que empezará a vacunar con AstraZeneca no sólo a profesionales sanitarios más allá de la primera línea como se había acordado, sino a otros trabajadores esenciales como bomberos, policías o funcionarios de prisiones. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, que sí añadía esta misma mañana que esa lista no está definida ni aclarado el margen de maniobra autonómico.
Sin contar las que han llegado este lunes, en España se han puesto 95 de cada 100 vacunas recibidas. Dos millones cien mil españoles han recibido al menos una dosis, 786.000 las dos. Informa Isabel Jiménez.