Desde el minuto cero, han jugado con sus propias cartas. El 13 de marzo, Quim Torra reclamaba el confinamiento total de Cataluña y lo hacía sin tener competencias para cerrar puertos, aeropuertos o carreteras nacionales y pedía ayuda al Gobierno central. 24 horas después se decretó el estado de alarma de forma oficial. La CUP habló entonces de 155 encubierto y Torra se quejaba en la BBC y por carta a las autoridades europeas de que no se cerrara Cataluña. Al tiempo que cargaban contra la recentralización de las competencias de Interior y Sanidad, en el Palau de la Generalitat comenzaron a intercalar las críticas al Gobierno central con el anuncio de iniciativas propias, tratando de adelantarse siempre un paso. El conseller de Interior, Miquel Buch, abría el camino y el portavoz de ERC, Sergi Sabriá, instaba a obedecer solo las órdenes del Govern. La presencia del Ejército en Cataluña no gustó a la Generalitar, pero acabó aceptando su ayuda en las residencias de ancianos. El Govern también se descolgó modificando el sistema de recuento de fallecidos y el lunes pasado, la portavoz de la Generalitat, Meritxel Budó aseguró que si Cataluña fuese independiente, tendría menos fallecidos", algo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido que rectifique. Informa, Lara Hermoso.
24 horas
El comportamiento del independentismo en el estado de alarma
22/04/2020
02:53