Valentía, generosidad, arrojo. Son algunas de las palabras con las que Lara Hermoso define a la invitada de hoy a El Cuarto De Atrás del informativo 24 horas, una mujer que, cuando unos pistoleros de ETA asesinaron a su marido, optó por la vía de la reconciliación en lugar del de la venganza. Una mujer que dirigió el servicio de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco y que se convirtió en la primera de estas víctimas en sentarse frente a frente con los asesinos de su marido para hablar. Este jueves 29 de julio de 2021 se cumplen 21 años del asesinato de Juan Mari Jauregui, exgobernador civil de Guipúzkoa, a manos de la banda terrorista ETA y su viuda, Maixabel Lasa, sigue defendiendo desde entonces la vía del diálogo y la concordia: "La palabra es una de las armas más importantes que tenemos y a veces no nos damos cuenta del valor que tiene".
Lasa recuerda que recibió la noticia por parte de su hermana —"me dijo que no saliera de casa y me di cuenta de que le había pasado algo a Juan Mari"— y admite que le costó pasar página —"a veces llamaba a su teléfono esperando una contestación"—, pero su voz es la de una mujer sin rencor que busca el entendimiento. Por eso accedió a participar en los encuentros restaurativos en la prisión de Nanclares de Oca cuando Luis Carrasco, uno de los asesinos de su marido, pidió hablar con ella: "Siempre he creído en las segundas oportunidades de las personas y entendía que debía ofrecerles esa posibilidad. Creí que iba a ser un inicio en el camino de la anhelada convivencia". "Vi a una persona convencida de que lo que hizo estuvo mal y valiente por lo que suponía desmarcarse de la banda terrorista", añade.
Maixabel también se reunió con otro de los asesinos de su esposo, Ibon Etxezarreta Etxaniz, 'Potxolo', en varias ocasiones y lo describe como "una persona distinta capaz de ver que lo que hizo lo tiene que saldar de otra forma": "Hicieron cosas terribles, que no tienen vuelta atrás y eso es algo que es durísimo porque lo que manifiestan es creíble". Lasa dice que no comparte muchas de las "connotaciones religiosas" que tiene el perdón y subraya que "lo importante es que manifiesten su rechazo a lo que hicieron": "Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie y no me refiero solo a ETA: el Estado debe reconocer que ciertas cosas que hizo no estuvieron bien".
La exdirectora del servicio de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco critica la decisión del PP de haber finalizado estos encuentros restaurativos en 2012 ya que, de no haberlo hecho, "hoy habría más etarras arrepentidos": "Es hacer pedagogía con los que piensan de distinta forma y de ir, poco a poco, haciendo un camino que no es de rosas, pero que creo que hay que hacer y que espero que este Gobierno, que ya lleva un tiempo, sea lo suficientemente valiente para retomarlo".