Un informe interno del parlamento australiano ha revelado que al menos una de cada tres trabajadoras de la cámara ha sufrido acoso sexual en algún momento. El primer ministro, Scott Morrison, ha pedido disculpas públicamente a todas las víctimas y ha reconocido que sus denuncias se silenciaron por miedo a las consecuencias electorales. La comisión de investigación se inició a raíz de la denuncia pública de Britany Higgins, que fue violada por un miembro del equipo de la ministra de Defensa en un despacho del Partido Liberal. Ahora, el jefe del Gobierno reconoce que no es el único caso. Más de la mitad de las trabajadoras afirma haber padecido abusos de poder, acoso, agresiones sexuales o explotación. Una situación normalizada durante décadas y que Morrison ha dicho que "debe y puede cambiar".
Informa Mónica Cartes