Con más de 430.000 contagiados y 15.000 decesos, Estados Unidos se ha convertido en el nuevo foco de la pandemia de COVID-19. Nueva York sigue siendo la zona más afectada: hoy ha contabilizado 799 nuevos decesos, dejando un total de 7.000 víctimas por la enfermedad. Mientras que la administración de Trump opina que están en los peores días y que pronto contendrán al coronavirus, los expertos opinan distinto y señalan a Baltimore, Philadelphia y el área metropolitana de Washington DC se están erigiendo como nuevos focos de la enfermedad.
En el aspecto económico, la situación tampoco es halagüeña: 6,6 millones de personas han engrosado las listas de desempleo norteamericanas, una cifra muy similar a la de la semana pasada, para un total de 17.000.000 personas que han perdido su trabajo en las últimas semanas. Con muchos sectores paralizados por el COVID-19, la Casa Blanca estudia la formación de un equipo de crisis y el Senado, de mayoría republicana, debate si lanzar otro paquete de ayudas por valor de 250.000 millones de dólares.