En la estación de ferrocarriles de Leópolis, a setenta kilómetros de la frontera oeste de Ucrania, la salida periódica de trenes no descongestiona las largas colas de personas que tratan de salir del país, mayoritariamente hacia Polonia. Cientos de personas -entre las que hay niños, ancianos e incluso mascotas- llevan horas a la espera de coger un tren. Sin embargo, Leópolis también es una estación de destino para las personas que huyen de otras zonas del país. De hecho, hoy se esperaba la llegada de un tren procedente de Sumy, el único corredor humanitario que ha funcionado con fluidez hasta ahora y que ha logrado la salida de al menos 5.000 refugiados. La tardanza se debe, al parecer, a que Ucrania está trazando nuevos recorrdos para evitar los bombardeos rusos.
Enviados especiales de RNE, Mónica Cartes y David Velasco.