Entre los desastres provocados por el coronavirus hay uno especialmente devastador: la masacre que el virus ha causado en las residencias de ancianos. No existe un recuento completo, pero según cifras registradas por las comunidades autónomas, al menos 20.000 internos han fallecido por coronavirus o síntomas compatibles. Médicos sin Fronteras ha presentado un informe, después de visitar medio millar de centros en España durante esas semanas negras.
Ximena di Lollo, responsable de la respuesta en residencias de Médicos Sin Fronteras, ha comentado que en el informe se documentan “las lecciones aprendidas y que no vuelva a ocurrir”.
“Lo primero que encontrábamos en las residencias era mucha confusión, descontrol angustia y miedo del personal, de los residentes y de los familiares”, ha lamentado di Lollo. También ha señalado que el personal no estaba preparado para dar una respuesta médica ni controlar la infección, que es “lo que se necesitaba”. “El personal estaba muy asustado por la falta de competencias”, ha puntualizado. La responsable de la respuesta en residencias de Médicos Sin Fronteras ha relatado que la situación era desesperante ante la falta de equipos de protección de test y de respuesta sanitaria. Di Lollo ha considerado fundamental para que no vuelva a ocurrir lo mismo los recursos humanos, la formación, los equipos adecuados, el testeo y “no esperar a que el agua llegue al cuello”. Desde el informativo 24 horas de RNE a pedido que se concentre el esfuerzo en las personas más vulnerables.