Más de dos meses de guerra en Ucrania empiezan a pasar factura en las condiciones psicológicas de la población. "Desafortunadamente, los traumas psicológicos son muchos", explica Vadim Shuktin, director del Hospital Central Regional de Odesa. "Desde hace dos meses, tenemos constantes alarmas de ataques y explosiones, la gente no duerme y se ha quedado sin trabajo. Sin poder tener emociones normales, se empieza a perder el control y a estar siempre asustado", añade. Para los médicos, lo peor es trabajar con niños víctimas de bombardeos, asegura. La situación tampoco es nada facil para los sanitarios: "Es muy duro psicológicamente para nosotros. Pedimos a nuestros médicos que, si no están preparados, lo digan y serán trasladados a otra ciudad u otro país". Reciben ayuda y material del extranjero, pero echan en falta antibióticos y una buena conexión a internet para consultar los casos más graves con colegas de otros países.
Informan Aurora Moreno y David Velasco, enviados especiales a Odesa (Ucrania).