Las asociaciones benéficas o de vecinos han visto cómo, con la pandemia, llegaban a ellos personas o familias que no habían solicitado ayuda para comer previamente. Algunas despensas de barrio consiguen estos productos de manera autogestionada y, en gran parte, gracias a la ayuda directa de los vecinos. Otras reciben esta ayuda por parte de los Banco de Alimentos que se reparten por toda España y a cuyos almacenes llegan las donaciones de individuales y empresas que después se reparten a las organizaciones benéficas.
En el norte de Madrid hay uno de estos almacenes del Banco de Alimentos. Javier Salido ha hablado con dos de sus voluntarios: Rafael, un jubilado que lleva dos años y medio ocupándose de la comunicación, y Aída, que colabora desde hace un mes para en las tareas de almacén.