Marta Fraile, científica titular en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC y especialista en temas de género y política
El Consejo de Ministros ha aprobado el anteproyecto de la ley de paridad. Afecta a los partidos políticos, los gobiernos, la Administración Pública, las grandes empresas y las compañías cotizadas, que deberán tener de forma obligatoria al menos un 40% de mujeres en sus órganos de decisión.
"Nunca se resuelven los problemas solo con la aprobación de una normativa, pero ayuda muchísimo a dar el primer salto y empuja mucho al cambio de mentalidad", afirma en RNE Marta Fraile, científica titular en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC y especialista en temas de género y política. Cree, sin embargo, que determinados mecanismos sociales hacen que, pese al incremento numérico, las mujeres no tengan la misma voz. Pone como ejemplo la actividad parlamentaria, donde las diputadas tienen a ocupar comisiones menores o a no presidirlas. "Una cosa es entrar y otra es qué sucede una vez que entras", sentencia.
"El hecho de ser mujer no garantiza nada a la hora de explicar tu estilo de liderazgo", explica Fraile. Mientras unas se adaptan a "las reglas del juego masculinizadas", otras introducen "otro estilo de negociación y otras formas de tomar decisiones". Preguntada por la clave para conseguir la plena paridad, considera que hay que cambiar la cultura imperante en las esferas de poder. Un ejemplo serían los horarios interminables, que tradicionalmente han apartado a las mujeres por su mayor responsabilidad con la conciliación familiar.