Desde ayer, más de 6.000 personas han entrado a Ceuta ante la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquís.Marruecos se vio empoderado hace unos meses cuando Trump reconoció la soberanía del país alauí sobre el Sahara occidental. Ahora quiere buscar su hueco como actor imprescindible en el norte de África y el área mediterránea. Para que su bramido llegue a Europa, Marruecos utiliza a España como caja de resonancia, aprovechando, además, que nuestro país acogió en un hospital al líder del polisario Brahim Gali. Pero en este asunto, como en cualquier embrollo geopolítico hay varios actores implicados.
Desde 24 horas de RNE, la enviada especial a la frontera marroquí con España Ana Jiménez, y los corresponsales de Radio Nacional en Washington, Fran Sevilla; en Bruselas, María Carou; en París, Paco Forjas; y en Berlín, Gabriel Herrero.