Hay países en los que ni siquiera se puede abrir este debate. Por ejemplo, en parlamentos africanos, asiáticos o latinoamericanos. En países desarrollados, en los que se trabaja activamente en políticas de igualdad, se producen situaciones machistas. España no es el único.
Con los corresponsales de Radio Nacional en Reino Unido, uno de los países pioneros en la lucha feminista con Mary Wolstoncraft, las sufragistas o las primeras ministras Margaret Thatcher o Theresa May, pero cuyas parlamentarias siguen trabajando por sus derechos; En Estados Unidos, tradicionalmente un punto fuerte de reivindicaciones y mujeres en la política, pero donde, a tenor de lo que hemos visto hace no demasiados meses, también queda camino por recorrer. En Alemania, con una canciller en el poder, pero donde también hay machismo en la Cámara y en otros ámbitos. En Italia, siempre algo más rezagada en este asunto y con el último episodio de machismo político muy reciente. En Francia, donde ya había clubes de mujeres en la Revolución Francesa. Y en la sede comunitaria europea, que ve como, ni yendo a Bruselas a representar a sus países, algunos disimulan.