En el Reino Unido, más de 100.000 personas han dado un toque de atención a las autoridades políticas para que busquen fórmulas asumibles para poder llevar a los pequeños a la guardería. Una guardería en Londres puede costar más de 15.000 euros al año. En Francia, los precios de las guarderías privadas son prohibitivos, incluso para un país donde el salario mínimo está por encima de los 1.500 euros. Esa cifra es lo que puede costar una guardería privada: entre 1.500 y 2.000. Sin embargo, existen alternativas para el elevado porcentaje de quien no logra plaza en una guardería pública. Hay otras modalidades para el cuidado de los niños de 0 a 3 años, como la regulación del cuidado de niños en viviendas. En Alemania, los precios en las guarderías de 0 a 3 años varían en función de la renta. Sistema parecido al español es el que opera para las guarderías en Bélgica. Hay privadas y públicas, en todas se paga, pero los precios no son tan prohibitivos como en otros países. En Israel, los precios de las guarderías son altos. Hay madres que deciden no trabajar para cuidar a varios niños, en una suerte de pequeñas guarderías en casa. Eso sí, hay centros públicos donde se paga en función de la rentac, a pesar de todo hay que pagar, que tiene como el belga, algunas similitudes con el español. El papel de las familias ultraortodoxas, donde el hombre se dedica a los estudios religiosos -sin un trabajo y más de dos hijos por familia-, obliga a las madres a buscar formas de financiación para el cuidado de los pequeños.
Con los corresponsales de Radio Nacional en Londres, Sara Alonso; París, Antonio Delgado; Berlín, Gabriel Herrero; Bruselas, María Carou; y Jerusalén, María Gámez.