Asociaciones en defensa de los animales han presentado en el Parlamento Europeo más de un millón de firmas para pedir que Europa prohíba los espectáculos de circo con animales salvajes por razones de salud pública y de educación hacia una sociedad más ética en el trato a los animales. Es la mayor recogida de firmas hasta ahora en Europa para esta lucha. En un mes, funcionarios de la Unión Europea se reúnen con los organizadores. En tres, habrá una audiencia pública en el Parlamento para explicar la iniciativa y, en seis, debería haber respuesta oficial de la Comisión.
En el caso de España, no existe una prohibición nacional, pero 11 comunidades ya han prohibido estos espectáculos. Si esta iniciativa popular europea prospera, Alemania sería uno de los países afectados. Allí ha habido intentos de prohibir la explotación de los animales salvajes en los circos, pero sin éxito de momento. En Francia, se anunció hace un año que se prohibiría el uso de animales salvajes en espectáculos de circo o de delfines y orcas en delfinarios, de forma progresiva. Lo anunció la ministra de Transición Ecológica y Medio Ambiente hace un año como un logro histórico. En la opinión pública francesa hay rechazo a este tipo de espectáculos y algunos ayuntamientos han adoptado iniciativas propias de prohibición, pero son recurridas por el sector del circo. En Italia, un contraste similar: la sociedad que muestra rechazo por la explotación de animales salvajes en circos, al tiempo que se percibe como algo tradicional y, por tanto, a mantener. En Estados Unidos, el uso de animales salvajes en espectáculos trasciende a los circos. Se utilizan en shows de todo tipo, por ejemplo, en Las Vegas, pero hay estados que han prohibido su explotación. En Israel, desde hace años, están prohibidos los espectáculos con animales salvajes. En unos meses, además, se va a convertir en el primer país que acaba totalmente con el comercio de pieles.