Miguel Ríos revive el disco que colocó al rock en lo más alto de la escena musical y se acerca a los micrófonos de RNE dejando claro que los viejos rockeros nunca mueren y hace un repaso de su trayectoria: "Hay dos momentos importantes en mi vida. Uno cuando empiezo a trabajar en la tienda de discos y el segundo cuando vi que mi nombre estaba en entre los diez más escuchados de casi todo el mundo con la canción del himno de la alegría, eso me permitió comprar libertad". "Siempre he intentado ejercer de libre", ha añadido. "Yo trabajo para que me quieran y para querer, porque no hay una cosa sin otra". "La mayor alegría en un concierto es ver la cara de la gente, hay que valorar el esfuerzo del público porque sino desvalorizas tu propio esfuerzo", ha reflexionado con Josep Cuní en 24 horas.
El artista presenta Rock & Ríos 40 años después, con sus amigos y admiradores, y en este punto lo que más le apetece es llegar a las ciudades y que algún músico del lugar se quiera subir al escenario con él para "poner en valor a la gente que se queda en ellas". Profundizando en la creación artística, Miguel Ríos ha dicho que no hay nada nuevo, "ni el rock & roll más puro era realmente nuevo porque estaba sacado del blues o el country".