El precio disparado de la vivienda alimenta el círculo de la especulación: con los desahucios, se multiplican los pisos vacíos propiedad de los bancos. Con ellos, llega la ocupación por pura necesidad, pero también la delincuencial, con la explotación sexual y la venta de drogas. Paco Gómez Escribano es autor de Narcopiso: "Últimamente, lo que más me está interesando es maridar la novela negra con el realismo sucio". De hecho, cuenta que se le ocurrió escribir esta novela a raíz de unas imágenes que vio de Barcelona y que le impactaron especialmente. El escritor explica que la gente compra la heroína en pisos que normalmente han sido desahuciados por el banco: "Como están obligados a tener una base de datos en internet, los narcos vigilan la red constantemente y los ocupan".
En el barrio de Villaverde, al sur de Madrid, la droga en ocasiones está en la escalera de enfrente. Así lo denuncian desde la Asociación Vecinal La Incolora. Su presidente, Javier Cuenca, cuenta que "algunos yonquis de los ochenta están heredando las casas de sus padres y ponen en marcha los narcopisos para seguir adelante". Pedro Romero, miembro de la Plataforma Contra la Droga en Villaverde, insiste en la necesidad de "una acción social" en el barrio, coordinada entre instituciones, como complemento previo a la actuación policial. "Una de las cosas primordiales para nosotros es trabajar desde la infancia y la juventud para evitar que cuando esta gente sea adulta caiga en la droga", afirma Javier Cuenca. Para ello, coinciden, se necesitan recursos y alternativas en los barrios.