Otro refugio durante los últimos meses ha sido el teatro. Cuando comenzó la desescalada, los actores volvieron a subirse a las tablas y comenzaron también un proceso de adaptación y reinvención. Era la única forma de intentar atajar la sangría económica provocada por meses de parón y de intentar reconectar con el público.
Violeta Gil y Celso Giménez fundadores, junto a Itxaso Arana, de la compañía teatral La Tristura, han comentado que, gracias a su pequeña estructura, han podido aguantar. “El estreno de Renacimiento en julio fue muy emocionante, nunca habíamos vivido algo así”, ha relatado en 24 horas de RNE. Pablo Messiez, dramaturgo y director de Las Canciones, una de las últimas obras representadas en el madrileño Pavón Teatro Kamikaze antes de que bajaran el telón definitivamente en enero. En 24 horas de RNE ha indicado que el teatro sobrevive a todo porque su raíz está relacionada con gente que desea hacer algo y eso lo sostiene “a través del tiempo y las dificultades”.