Juan Antonio González Pacheco fue uno de los más conocidos en una brigada políticosocial que durante la dictadura acumuló varios apodos y motes. Sus compañeros le bautizaron como "Billy el Niño" por su habilidad para hacer girar la pistola sobre un dedo, como los vaqueros del oeste. Nacido en un pueblo de Cáceres en 1946, a finales de los años 60 se incorporó a la policía encargada de esgrimir los delitos políticos. Por sus manos pasaron cientos de detenidos que coinciden en la violencia que empleaba en los interrogatorios en la dirección General de Seguridad. Ejemplo de una Policía que transitó sin solución de continuidad ni depuraciones del franquismo a la democracia, González Pacheco pasó en 1977 a la recién creada Brigada Central de Información. En 1982 abandono la Policía para trabajar como jefe de seguridad en varias empresas privadas, una salida que algunos vincularos con los intentos de limpiar la imagen del cuerpo. Desde entonces, "Billy el Niño" ha recibido muchas denuncias pero ha muerto sin ser juzgado. Los tribunales españoles han declarado prescritos los posibles delitos por el tiempo transcurrido y por la vigencia de la Ley de Amnistia aprobada en 1977. En el año 2013, desde Argentina, se quiso encausar a varios policías y responsables políticos de la dictadura a través de otra categoría, la de los crímenes de lesa humanidad, pero esta querella no llegó a sustanciarse. Tampoco lograron sus víctimas que se le retirasen las condecoraciones que recibió por sus "servicios prestados". Se publicó que tenía cuatro medallas que aumentaban un 50 por ciento su pensión. Esta iniciativa la impulsó en 2018 la asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y el juez Fernando Grande Marlaska se comprometió a estudiarla cuando llegó al Ministerio del Interior. En febrero de este año, todavía se discutía en el Congreso la posibilidad o no de publicar su hoja de servicios.
Por Luis Zaragoza.