Rusia ha cortado el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por no haberlo pagado en rublos. Más de la mitad del gas que importa Polonia procede de Rusia, aunque de momento no se enfrenta a problemas para cubrir la demanda porque mantiene tres cuartas partes de su almacen lleno. En cambio, las reservas de Bulgaria, con una dependencia del 75%, no alcanzan el 20%.
Los operadores gasísticos se preparan para que esos cortes de suministro se extiendan a otros países. Alemania o Italia, con una dependencia del 65% y el 43% respectivamente, podrían tener problemas, pero menores que los que encontrarían Letonia o República Checa, donde hablar de gas ruso es hacerlo de la totalidad de lo que reciben.
Las alternativas para Polonia pasan por la puesta en marcha en octubre de la conexión báltica, que llevará a sus fronteras gas noruego. También se contempla la posibilidad de intercambios con el gasoducto que le unirá a una terminal de GNL de Lituania. Los búlgaros siguen trabajando en su esquema de opciones, mientras que el resto del Viejo Continente mira de reojo los contratos a futuro. Este miércoles el gas ha llegado a disparar sus precios un 20%.
Informa José Luís Dueñas.