Andrés Rueda, presidente de la Asociación Profesional Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia
Las residencias son el último hogar para más de 300.000 personas en España. Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, alrededor de 34.000 personas han muerto en estos centros, un tercio del total de fallecidos en nuestro país. "Nunca habrá palabras suficientes o forma de expresar lo que pasamos en aquella primera ola, en la que nos sentimos absolutamente abandonados y culpabilizados y señalados", afirma Andrés Rueda, presidente de la Asociación Profesional Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia. "España está destinando un 0,7% de su PIB a la atención a la dependencia. La media europea es un 1,4%", denuncia. Ante esto, lamenta que el foco se ponga sobre los profesionales y no sobre las decisiones políticas: "Parece que solo hemos sido nosotros". Además, pide una mayor definición de los procedimientos que rigen su profesión para estar sujetos a "seguridad jurídica".