Victoria Moreno, vicepresidenta adjunta de áreas científico-técnicas del CSIC y coordinadora del informe Una visión global del COVID-19, ha comentado que, como científica, los “imprevistos” con la vacuna “no le preocupan”. “Hay que demostrar con los estudios científicos los efectos secundarios, que pude tenerlos, como cualquier otra medicina, lo importante es conocer la incidencia, mucho menor que los beneficios”, ha explicado en 24 horas de RNE. “Las vacunas de Janssen y AstraZeneca están basadas en adenovirus y se estudia si este tipo componentes puede influir en el desarrollo de los trombos. En las de Pfizer y Moderna, la clave es el ARN”, ha señalado. Ha mandado un mensaje de prudencia porque, ha mantenido, “no queda nada”. “Soy partidaria de mantener las medidas”, ha destacado la científica, que también ha mostrado la necesidad de “reorganizar el sistema científico”.
Sobre las vacunas españolas, ha transmitido que son “una apuesta muy compleja”. “Las tres vacunas que se desarrollan en el CSIC son diferentes, una está a punto de empezar los ensayos clínicos, las otras dos avanzan de forma muy satisfactoria”, ha declarado.
Moreno ha considerado que la respuesta científica a la pandemia ha sido “muy buena”: “Coordinadamente en el CSIC, también en la ciencia española e internacional, lo que se ha logrado estos meses es espectacular a pesar de su complejidad”. “El Gobierno ha atendido con recursos suficientes las investigaciones en marcha y ha estado pendiente de los resultados de los más de 100 proyectos de forma continua”, ha sostenido.