En 2016, España puso los ojos sobre el Mar Menor a raíz de la llamada "sopa verde", un fenómeno de eutrofización provocado por un exceso de nutrientes que acaba colapsando el ecosistema. Más tarde, entre 2019 y 2021, se sucedieron varios episodios de mortandad de peces, ante la falta de oxígeno en el agua. Hace unos días, varios kilos volvieron a emerger a la superficie.
"El Mar Menor tiene casi cualquiera de los problemas que puedan afectar a los ecosistemas litorales: primero la minería, después el urbanismo y, finalmente, el regadío intensivo", explica Pedro García, director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). García apunta al origen principal de los contaminantes: los nitratos procedentes de la agricultura intensiva del Campo de Cartagena. En menor medida, también interfiere "el colapso de la red del alcantarillado cuando se producen lluvias copiosas". En las últimas semanas, explica, se ha producido "la tormenta perfecta": las abundantes lluvias registradas durante la primavera han hecho innecesaria el agua almacenada para el regadío, que ha terminado desembocando en la laguna en cantidades ingentes.
José Blaya, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, califica la situación de "crítica" y apunta a la pesca como el sector más afectado. "Este año hemos pescado aproximadamente un 60% menos que el pasado", explica. El langostino, añade, es la especie más perjudicada. "Nuestro Mar Menor se está asfixiando", lamenta.