Edurne Portela nos traslada a Noruega, cuna de grandes escritores y una de las potencias literarias de la actualidad, para hablar de La herencia de Vigdis Hjorth, un desgarrador relato que, en palabras de la autora, "juega con el fino límite que hay entre narrar la experiencia de la propia vida y la ficción". Basada en la historia personal de Hjorth, el testamento de los padres de la autora, que legan sus dos casas de verano a dos de los cuatro hermanos, es el punto de partida de una novela tan alabada por la crítica como denostada por algún familiar, que incluso llego a editar su respuesta en forma de libro. Sin embargo, la trama de la herencia es la excusa para hablar de un tema mucho más oscuro, demoledor y problemático: la infancia de la narradora, los silencios, traiciones y confabulaciones que pueden surgir dentro del seno familiar o la incapacidad de conceder el perdón a aquellos que no te lo piden, que no son conscientes del daño que te han producido.